«Conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño, porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos». Romanos 13: ll
A VECES TENEMOS LA IMPRESIÓN de que en la iglesia de Dios hay más personas dormidas que despiertas. Aquellos que están dormidos dejan pasar el tiempo y las oportunidades de prepararse para ir al cielo. Por el contrario, los que están despiertos se preparan para encontrarse muy pronto con Dios. Aún está vigente la advertencia de que aquellos que duermen en una tibia complacencia propia, en el día del Señor serán sorprendidos como si viniera un ladrón en la noche.
Estamos viviendo un tiempo de gracia, un tiempo adicional en el que cualquier cosa puede suceder. Es una época peligrosa, en la que todo está pasando con rapidez. Pero Jesús nos dejó un mensaje de advertencia: «Aprendan de la higuera esta lección: Tan pronto como se ponen tiernas sus ramas y brotan sus hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Igualmente, cuando vean todas estas cosas, sepan que el tiempo está cerca, a las puertas. Les aseguro que no pasará esta generación hasta que todas estas cosas sucedan. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán» (Mateo 24:32-35, NVI).
Mientras el pueblo de Dios se prepara, los acontecimientos se están cumpliendo. Algunos hechos de este tiempo nos ayudan a darnos cuenta de que falta poco para ir a casa: la crisis moral del mundo, el grado de maldad prevaleciente en la sociedad, el surgimiento de nuevas enfermedades, la desintegración farniliar, los niveles de violencia y los grandes desastres naturales.
Debemos prepararnos para el regreso de Cristo. Esto conlleva estar a cuentas con Dios y con nuestros semejantes. En cualquier momento vendrá el Esposo para consumar su unión eterna con su esposa la iglesia.