«Pero ahora vuelvo a ti, y hablo esto en el mundo para que tengan mi gozo completo en sí mismos». Juan 1 7: 13
PARA CRISTO «EL GOZO puesto delante de él» (Heb. 12: 2) fue lo que lo sostuvo a través de sacrificios y penalidades, fue la satisfacción de ver pecadores salvados. Ese gozo debe ser el de todo aquel que lo siga, su máxima motivación. — Profetas y reyes, cap. 13, p. 114. Cada uno ha recibido de Dios una tarea que cumplir, y nadie puede llevarla a cabo en su lugar. iOjalá que godos nosotros pudiéramos aplicarnos colirio para poder ver nuestros defectos de carácter y darnos cuenta de cómo ve Dios nuestro amor por el mundo, que está suplantando el amor de Dios! Nada nos dará tanto poder, tanta seguridad en nosotros y nobleza de corazón, como el sentido de la dignidad de nuestra tarea, la promesa de ser colaboradores con Dios haciendo el bien y salvando almas. El Hijo de Dios vino al mundo para dejarnos un ejemplo de vida perfecta. Se sacrificó a sí mismo por el gozo que tenía ante sí, el gozo de ver las almas rescatadas de las garras de Satanás y salvadas para el reino de Dios. La orden de Jesús era: «Sígueme» (Mat. 8: 22;9: 9; 19: 21; Mar. 2: 14; Luc. 5: 27; 9: 59; Juan 1: 43; 21: 19, 22). Los que siguen su ejemplo compartirán la obra divina de hacer el bien, y finalmente entrarán en el gozo de su Señor. — Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 608.