Nunca dejó de mostrar, por medio del bien que hacía, quién era él; pues él es quien les manda a ustedes la lluvia y las buenas cosechas, y quien les da lo suficiente para que coman y estén contentos, Hechos 14: 17.
Cuando mi esposa Millie y yo nos mudamos a Brasil, mi suegro me dijo que encontraría mucha comida deliciosa en ese país. Dijo que quizás no me agradaría al principio, pero que uno se acostumbra a los sabores de las distintas comidas que hay en el mundo. Algunos alimentos nos sabrían muy diferentes a los que estábamos acostumbrados, pero aprenderíamos a disfrutarlos.
Nos ofrecieron mangos cuando llegamos a Brasil. A Millie ya le encantaban, pero yo no los había probado. Me gustaron al instante. Sin embargo, cuando me ofrecieron papaya, no estuve tan seguro. Claro que hoy podría comer papaya todos los días. En Brasil también había guanábana, maracuyá, yaca, acerola, aguaje, y muchas más frutas exóticas. No olvidemos la yuca o mandioca, los plátanos, las graviolas, y otras verduras y hortalizas. Tuve que aprender a disfrutar esos alimentos o, de lo contrario, hubiera pasado hambre (aunque casi siempre tuvimos disponibles frijoles y arroz).
En otros lugares del mundo encontramos raíz de taro, cocos, brotes de bambú, castañas de agua, chícharos, camotes y tantas cosas ricas para comer. Sí, Dios ha puesto comida deliciosa en cada región, que crezca bien con el clima. Esa es la razón por la que tal vez en tu país no hay frutas que sí hay en otros países, porque no se dan en ese clima.
La gente de cada país sabe cómo preparar sus comidas. Unas veces cocinan los ingredientes, otras veces los comen Creo que la razón por la que mucha gente de diversos países es tan sana y vive tanto tiempo, es que comen alimentos buenos, frescos y sabrosos preparados con sencillez.
Dios quiere que estemos sanos y contentos, Pero para eso, tenemos que hacerle caso: comer lo que él ha creado y hablar con él cada día. Dios es tan bueno que ha creado muchos alimentos para nosotros. Otro «alimento» que nos ha dado es la Biblia. Leyendo la Biblia nos alimentamos espiritualmente.