¿Qué nos enseñan los siguientes versículos sobre el “estado de los muertos”? ¿Qué gran protección pueden darnos estos contra uno de los “dos grandes errores”? Eclesiastés 9:5, 6, 10; Salmo 115:17; Salmo 146:4; 1 Corintios 15:16-18; Daniel 12:2. _________________________________________________________________
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En las últimas décadas se les ha dado mucha atención a historias de gente
que ha “muerto” (en el sentido de que el corazón dejó de latir y dejó de respirar),
y que luego revivió y recuperó la conciencia. En muchos casos, varias
de estas personas han contado experiencias increíbles de una existencia
consciente después de que supuestamente “murieron”. Algunas contaron que
flotaban en el aire y veían su cuerpo desde arriba. Otros informaron que
flotaban fuera del cuerpo y que se encontraron con un ser maravilloso lleno
de luz y calor, y que defendía verdades relacionadas con la bondad y el amor.
Otros contaron que se reunieron y conversaron con familiares muertos.
Este fenómeno se ha vuelto tan común que incluso tiene un nombre
científico: Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM). Aunque las ECM siguen
siendo controvertidas, muchos cristianos las han usado como evidencia de
la inmortalidad del alma, y la idea es que, al morir, el alma parte hacia otra
esfera de la existencia consciente.
Pero evidentemente las ECM son otra manifestación de uno de los “dos
grandes errores”. Mientras alguien crea que, al morir, el alma sigue viviendo
de una u otra forma, esa persona está abierta a la mayoría de los engaños
ocultos o espiritistas que fácilmente pueden promover la idea, en forma
abierta o implícita, de que no necesitamos a Jesús. De hecho, la mayoría de
los que tuvieron ECM dijeron que los seres espirituales a quienes conocieron,
o incluso sus familiares muertos, les dieron palabras reconfortantes sobre
el amor, la paz y la bondad, pero nada sobre la salvación en Cristo, nada
sobre el pecado y nada sobre el juicio venidero: las visiones bíblicas más
básicas. Se podría pensar que, al conocer un poco sobre la supuesta vida
cristiana después de la muerte, también deberían haberles tomado el gusto
a las enseñanzas más básicas del cristianismo. Sin embargo, a menudo lo
que escuchan suena muy parecido al dogma de la Nueva Era. Esto podría
explicar por qué muchos de ellos salen de esta experiencia con menos inclinación
hacia el cristianismo que antes de “morir”.
Como cristianos, ¿por qué debemos aferrarnos a la Palabra de Dios, incluso cuando nuestros sentidos nos dicen algo distinto?