«Sacó a su pueblo, a sus escogidos, en medio de gran alegríay de gritos jubilosos. Les entregó las tierras que poseían las naciones; heredaron elfruto del trabajo de otros pueblos para que ellos observaran sus preceptos y pusieran en práctica sus leyes. iAleluya! iAlabado sea el Señor!». Salmo 105: 43-45, NVI
EL SEÑOR LE DIO A ISRAEL todo tipo de facilidades y privilegios para hacer de aquel pueblo un honor para su nombre y una bendición para las naciones vecinas. Prometió a los israelitas que, si andaban en el camino de la obediencia, los exaltaría «sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria». Y «verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán». Las naciones que oyeran esa declaración habrían de decir: «Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta» (Deut. 26: 19; 28: 10; 4: 6). — La educación, cap. 5, p. 38. Se nos exhorta: «Recuerden aquellos días cuando acababan de conocer la verdad» (Heb. 10: 32, PDT) […] El Señor les ha demostrado hasta ahora ser un Dios hacedor de prodigios en favor de su pueblo en esta generación. […] Él ha hecho para su pueblo escogido algo que debiera inspirar agradecimiento a todo corazón, y le entristece que se le reconozca tan poco alabándolo. Desea que su pueblo se expire se con más convicción y demuestre ser consciente de que tiene muchos motivos para estar gozoso y alegre.— Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 365, adaptado.