«Dichosos ustedes que ahora pasan hambre, porque serán saciados. Dichosos ustedes que ahora lloran, porque luego habrán de reír». Lucas 6: 21, NVI
CUANDO POR MI CAUSA la gente los insulte — dijo Jesús—, alégrense y llénense de júbilo» (Mat. 5:11-12, NVI). Él señaló a sus oyentes que los profetas que habían hablado en el nombre de Dios habían sido ejemplos «de sufrimiento y de paciencia» (Sant. 5: 10, NVI). Abel, el primer cristiano entre los hijos de Adán, murió mártir. Enoc anduvo con Dios y el mundo no lo reconoció. Noé fue escarnecido como fanático y alarmista. Otros sufrieron la prueba de burlas y azotes, e incluso de cadenas y cárceles» (Heb. 11: 36, NVI). «Otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección» (vers. 35). — El discurso maestro de Jesucristo, cap. 2, p. 57. Tengamos siempre presente que esta tierra no es el cielo. Cristo dijo: «En este mundo afrontarán aflicciones, pero ianímense! Yo he vencido al mundo» Juan 16: 33, NVI). Jesús no nos deja solos para que nos desanimemos por las pruebas y dificultades que se nos presenten, Él nos lo ha advertido sobre todo ello, y nos ha dicho asimismo que no hay motivo para abatirse ni angustiarse cuando nos asalten las pruebas. Miremos a Jesús, nuestro Redentor; cobremos ánimo y no perdamos la alegría.— Testimonios para la iglesia, t. 8, pp. 139-140, adaptado. «No temas, porqueyo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo,• siempre te sustentará con la diestra de mi justicia». Isaías 41: 10