Devocion Familiar 2018 Para el: 10 abril
«Hay en Jerusalén, cerca de la Puerta de las Ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos». Juan 5: 2
MULTITUDES DE ENFERMOS acampaban cerca del estanque de Bethesda porque, según una tradición, un ángel aparecía de tanto en tanto y agitaba las aguas del estanque, y el primero que se introducía en ellas era curado de todos sus males. La palabra hebrea Betesda quiere decir «misericordia», y el estanque de la misericordia estaba próximo a la Puerta de las Ovejas, que simbolizaba a Jesús, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Lo que el versículo de hoy está tratando de decirnos es que no existe misericordia sin cordero, no hay gracia sin sangre, no hay perdón sin sacrificio. No existe Betesda lejos del Cordero. En vano tratan los hombres de resolver los problemas lejos de Jesús. Allí, cerca del estanque, había hombres y mujeres clasificados en tres grupos; los ciegos, que no podían ver el peligro en que estaban, que andaban en las tinieblas chocando y lastimándose así mismos y a las personas más cercanas. También estaban los fracasados, incapaces de construir algo en la vida, los que llegan a viejos y nunca realizaron algo. Un día se miran en el espejo de la vida y se preguntan: «¿Qué hice de mí?» Son los que parecen cargar una maldición, porque arruinan todo lo que tocan. Inician una carrera y fracasan, se casan y no resulta, comienzan y. van a la ruina, se inscriben en un curso y lo abandonan. Tratan todo, pero no construyen nada; son incapaces de hacer algo Además, cerca del estanque de Betesda había cojos. Hombres sin pies o con los pies estropeados, incapaces de andar, de mantenerse en pie por mucho tiempo; vivían cayendo y levantándose, y un día se cansaron y no se levantaron más. Todos ellos— ciegos, cojos y fracasados— se quedaban cerca del estanque a la espera de que las aguas se agitaran. ¿Y tú? ¿Esperas algo en la vida? ¿Pensaste ya que la vida es un puñado de esperanzas? Los niños esperan crecer; los jóvenes esperan terminar sus estudios, encontrar un buen empleo y casarse; los adultos esperan habilitarse; y los viejos esperan ver crecer sus nietos. Toda la vida esperando. Allá en Jerusalén, un paralitico que estaba enfermo hacía 38 años encontró la salvación cerca del estanque, porque un día Jesús, el Cordero de Dios, apareció en persona y le dijo: «Levántate, toma tu camilla y anda» (vers. 8) Ese mismo Jesús está en este momento cerca de ti, diciéndote: «¿Puedo hacer alguna cosa por ti, hijo mío?» Respóndele antes de iniciar tus actividades del día.
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Matinal Para Toda La Familia 2018.
“A Solas Con Jesus”
Por: Alejandro Bullón
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