«La luz brilla para el hombre bueno; la alegría es para la gente honrada.[Alégrense en el Señor, hombres buenos, y alaben su santo nombre!». Salmo 97: 11-12, DHH
LA RIQUEZA NI LA CIENCIA dan la felicidad, sino el valor moral real y el sentido del deber cumplido. Podemos obtener la recompensa del vencedor y presentarnos ante el trono de Cristo para entonar alabanzas en el día de la asamblea de sus santos; pero nuestras vestiduras deben ser purificadas en la sangre del Cordero, y el manto de su amor ha de cubrirnos, para que seamos considerados limpios y sin mancha.— Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 126, adaptado. «Como dice la Biblia: «Los que de todo corazón deseen vivir y ser felices, deben cuidarse de no mentir y de no hablar mal de otros; deben hacer el bien, dejar de hacer el mal y vivir en paz con todos». Porque el Señor cuida a los que hacen el bien, escucha sus oraciones y está en contra del malvado» (1 Ped. 3: 10-12, TLA). Los que tienen un conocimiento vivencial de estos consejos bíblicos son verdaderamente felices. Consideran la aprobación del cielo como de más valor que cualquier bien terrenal; Cristo en ellos, «la esperanza de gloria» (Col. 1: 27, RVC), proporcionará vitalidad al cuerpo y poder para el espíritu.—Ibíd., t. 1, p. 493, adaptado. «Dios [.. .] me ha enviado a anunciar su mensaje, [.. .] que desde hacía muchos siglos, Dios había mantenido en secreto, pero que ahora ha revelado a su pueblo elegido.Dios decidió darles a conocer este plan tan grandey maravilloso [.. .]: Dios envió a Cristo, para que habite en ustedesy les dé la seguridad de que van a compartir elpodery la gloria de Dios». Colosenses l: 25-27, TLA