PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee Apocalipsis 12:9 al 12; y “El origen del mal”, en Patriarcas y profetas,
pp. 11-23.
“Mientras todos los seres creados reconocieron la lealtad del amor, hubo
perfecta armonía en el universo de Dios. Cumplir los designios de su Creador
era el gozo de las huestes celestiales. Se deleitaban en reflejar la gloria de
Dios y en manifestarle alabanza. Y, mientras el amor de Dios fue supremo,
el amor de unos por otros fue confiado y desinteresado. No había nota de
discordia que echara a perder las armonías celestiales. Pero, se produjo
un cambio en ese estado de felicidad. Hubo uno que pervirtió la libertad
que Dios había otorgado a sus criaturas. El pecado se originó en aquel que,
después de Cristo, había sido el más honrado por Dios” (PP 13).
Observa las palabras de Elena de White: la “lealtad del amor”. Esta frase
poderosa, llena de significado, apunta al hecho de que el amor conduce a
la lealtad, a la fidelidad. Un cónyuge que ama a su pareja manifestará ese
amor a través de la lealtad. Fue así con estos seres celestiales, y así debería
ser ahora con nosotros en nuestra relación con Dios. PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Qué evidencias bíblicas tenemos, que indiquen la realidad no solo de
Satanás, sino también de su papel en el Gran Conflicto? ¿De qué formas
podemos ayudar a otros a entender que Satanás es un ser real y personal,
y no solo un símbolo del mal en el corazón humano?
2. Como adventistas del séptimo día, hemos sido bendecidos con una
cantidad increíble de conocimiento con respecto a la verdad bíblica. Aunque
este conocimiento es maravilloso, ¿por qué tenerlo no es suficiente para
salvarnos? ¿Qué necesitamos además del conocimiento intelectual?
3. ¿De qué maneras has experimentado la presencia de Jesús en tu vida,
incluso ahora? ¿Cómo pueden ayudarte estas experiencias en cualquier
tiempo de angustia que tengas que afrontar?
4. Dialoguen en la clase acerca de la expresión “la lealtad del amor”. ¿En
qué sentido esta idea puede ayudarnos a entender mejor la relación entre
la Ley y la gracia, y entre la fe y la obediencia? ¿Qué nos enseña sobre la
libertad inherente a la idea del amor? ¿Cómo podemos revelar, incluso ahora,
la “lealtad del amor”?