«Aunque tu gente viva en la oscuridad, verá una gran luz. Una luz alumbrará a los que vivan en las tinieblas. ¡Dios nuestro, tú nos has llenado de alegría! Todos nos alegramos en tu presencia, como cuando llega la cosecha, como cuando la gente se reparte muchas riquezas». Isaías 9: 2-3, TLA
EL GRAN PACTO DE DIOS declara que «mientras la tierra exista, habrá siembra y cosecha» (Gén. 8: 22, NVI). Confiando en esta promesa, el agricultor ara y siembra. Al llevar a cabo la siembra espiritual, no debemos tener menos confianza en esta promesa: kAsí es también la palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo deseo y cumplirá con mis propósitos» (Isa. 55: 11, NVI). […]
El proceso del crecimiento del trigo es como sigue: «Primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga» (Mar. 4: 28). El propósito que tiene el agricultor al sembrar la semilla y cultivar la planta, es obtener el grano: pan para el hambriento y semilla para cosechas futuras. Así también espera una cosecha el Agricultor divino. Trata de reproducirse en el corazón y en la vida de sus seguidores, para que por medio de ellos pueda ser reproducido en otras vidas y otros corazones.
El carácter es la cosecha de la vida, y determina el destino tanto para esta vida como para la venidera. El amor, la misericordia y la bondad, dan fruto de bendición, una cosecha imperecedera.— La educación, cap. 11, pp. 96-98.
«Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tus manos; pues no sabes qué es lo mayor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno».Eclesiastés I l: 6
Mi Refleccion Personal _____________________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________________ _____________________________________________________________________________________________