Dios le advirtió al mundo solo dos veces sobre una catástrofe venidera: una
vez a Noé (Gén. 6:13-18; Mat. 24:37); y a través del mensaje de los tres ángeles
(Apoc. 14:6-12). Estos mensajes descorren una cortina para revelar una perspectiva
única sobre los acontecimientos mundiales futuros. Nuestra comprensión
de estos mensajes ha madurado con el tiempo, pero el mensaje y la misión
siguen siendo la justificación por la fe en Cristo, “ciertamente el mensaje del
tercer ángel” (Ev 143). En otras palabras, en el centro de nuestro mensaje de la
verdad presente, el mensaje que hemos sido llamados a proclamar al mundo,
están Jesús y su gran sacrificio por nosotros. Lee Apocalipsis 14:6 al 12. ¿Cuál es la esencia de estos mensajes? ¿Qué le están diciendo al mundo? ¿Qué responsabilidad recae sobre nosotros en relación con estos mensajes, y cuál es el lugar de la mayordomía? _______________________________________________________
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Como adventistas del séptimo día, nuestra misión es presentar la verdad
del mensaje de los tres ángeles, en preparación para la segunda venida de
Cristo. La gente debe poder tomar una decisión en relación con la eternidad.
El papel de la mayordomía es una asociación con Dios en la misión (2 Cor.
5:20; 6:1-4).
“En un sentido muy especial, los adventistas del séptimo día han sido
colocados en el mundo como centinelas y transmisores de luz. A ellos ha sido
confiada la tarea de dirigir la última amonestación a un mundo que perece.
La Palabra de Dios proyecta sobre ellos una luz maravillosa. Una obra de la
mayor importancia les ha sido confiada: proclamar los mensajes del primero,
segundo y tercer ángeles. Ninguna otra obra puede ser comparada con esta y
nada debe desviar nuestra atención de ella” (TI 9:17).
El borde de una rueda está a punto de hacer contacto con el suelo y representa
la misión del mensaje de los tres ángeles. Esa misión es protegernos
contra las desviaciones teológicas e identificar nuestra responsabilidad en
los acontecimientos de los últimos días. Debemos ser mayordomos de este
mensaje y proclamarlo al mundo.
Es demasiado fácil, cuando pensamos en los acontecimientos de los últimos días, quedar atrapados entre gráficos y fechas. Estos tienen su lugar, pero al tratar de predicar este mensaje al mundo, ¿de qué forma podemos asegurarnos de mantener a Jesús y su sacrificio por nosotros en un lugar protagónico?