«Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad». Filipenses 2: 13, NVI
QUEDA DE su PARTE CEDER su voluntad a la voluntad de Cristo; y mientras lo haga, Dios tomará posesión inmediatamente de usted y obrará en su vida el querer y el hacer por su sagrada voluntad. Su naturaleza entera será puesta bajo el dominio del Espíritu de Cristo, y hasta sus pensamientos estarán sujetos a él. […]
Es preciso que usted beba a diario de la fuente de la verdad para que pueda comprender el secreto del placer y el gozo que hay en el Señor. Ahora bien, usted debe recordar que su voluntad es la fuente de todos sus actos. La voluntad, factor determinante en nuestro carácter, fue en ocasión de la caída del hombre entregada al dominio de Satanás; y desde entonces él ha estado obrando en los seres humanos el querer y el hacer de la propia voluntad de ellos, para ruina y perdición de la humanidad.
A pesar de todo, el sacrificio infinito de Dios al entregar a Jesús, su Hijo amado, como holocausto por el pecado, capacita al Salvador para decir, sin violar ni un solo principio de su gobierno: «Entrégate a mí; dame tu voluntad; apártala del control de Satanás, y yo tomaré posesión de ella; entonces podré obrar en ti tanto el querer como el poder de mi santa voluntad». Cuando Dios le conceda a usted tener «la mente de Cristo» (1 Cor. 2: 16), la voluntad de usted se convertirá en la voluntad de él, y el carácter de usted se transformará a la semejanza del carácter de Cristo.— Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 485486.
«El que no es espiritual no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son tonterías. [.. Sin embargo, nosotros tenemos la mente de Cristo». I Corintios 2: 14-16, DHH