«Para Dios, lo que cuenta no es lafuerza del caballo, ni lafuerza del hombre; para él, lo que cuenta es que la gente lo obedezca y coufie en su amor». Salmo 147: 10-11, TLA
TODO EL CIELO SE REGOCIJA cuando los débiles e imperfectos seres humanos se entregan a Jesús para vivir la vida de él.— Mensajes para los jóvenes, S 28, p. 106. Cristo se entregó a sí mismo para ser nuestro sustituto y nuestra seguridad, y él no descuida a nadie. Él no hubiera soportado ver a los seres humanos expuestos a la ruina eterna sin derramar su alma hasta la muerte en favor de ellos, y considera con amor y compasión a todo aquel que ha comprendido que no puede salvarse a sí mismo. No puede ver a ningún tembloroso suplicante sin levantarlo. El que mediante su propia expiación proveyó para la humanidad un caudal infinito de poder moral, no dejará de emplear ese poder en nuestro favor. Podemos llevar nuestros pecados y tristezas a sus pies, pues él nos ama. Cada una de sus miradas y palabras fortalecen nuestra confianza.— Palabras de vida del gran Maestro, cap. 13, pp. 121-122. Por muy degradados que puedan llegar a estar aquellos a quienes todo el mundo desprecia y deja de lado; nunca pueden haber caído demasiado bajo ni ser demasiado
miserables como para no ser objeto de la atención y el amor de Dios. Lo que Cristo espera es que los seres humanos agobiados, cansados y oprimidos acudan a él. Su anhelo es darles la luz, el gozo y la paz que no se puede encontrar en nadie, ni en nada, más.— Ibd. , cap. 18, p. 178, adaptado. (f Vengan a mí todos los que están cansadosy agobiados, yyo les daré descanso!». Mat. 11: 28, LPH«Les doy la paz, mi propia paz, que no es como lapaz que se desea en este mundo. No se Preocupen ni tengan miedo ».Juan 14: 27, TLA