«He guardado tus palabras en mi corazón» (Salmo 119: 11)
Cuando Mike Ditka, leyenda del fútbol americano, fue despedido de su puesto como entrenador de los Chicago Bears, habló de la situación en una rueda de prensa. El equipo solo había ganado cinco partidos en toda la temporada y, evidentemente. Ditka estaba decepcionado. Sin apenas poder pronunciar una palabra, dijo: «Las Escrituras dicen que todo pasará. Esto también pasará». Cuando los periodistas volvieron a sus mesas de trabajo para redactar los artículos, buscaron el versículo que Ditka había mencionado por toda la Biblia, pero ninguno de ellos logró encontrarlo. Y es que eso de «todo pasará» no aparece en la Palabra de Dios.
Erróneamente, la gente siempre ha dado por hecho que algunos dichos populares están en la Biblia; estos son algunos ejemplos: «Los caminos de Dios son inescrutables», «Dios ayuda a quien se ayuda a sí mismo», «Sé fiel a ti mismo» o «A quien madruga, Dios le ayuda». Aunque hay conceptos similares a estos en la Palabra de Dios, ninguna de estas frases forma parte de las Sagradas Escrituras.
Cuando se les pregunta cuál es su libro favorito, muchos cristianos responden que «la, Biblia»; sin embargo, aunque dicen amarla, nunca la han leído. Seguramente han ojeado rápido un versículo o dos aquí y allá, pero pocos han leído la Biblia al completo. Por eso muchas personas no están seguras de lo que dicen las Escrituras y de lo que no. Al igual que Mike Ditka. no saben realmente si eso de «todo pasará», o cualquier otra frase pegadiza, está escrito en la Palabra.
El rabino Rami Saphiro, profesor de Biblia de una universidad de Tennessee (EE. UU.) dice que sus alumnos muchas veces no tienen claro qué aparece en las Escrituras y qué no. De hecho, en una ocasión, Saphiro mantuvo un debate
acalorado con un alumno testarudo que aseguraba que «perro ladrador poco mordedor» estaba en el libro de Proverbios y, por supuesto, no lo está.
Está claro que lo que quiero decirte hoy no es que debes memorizar toda la Biblia. Lo que digo es que sería una buena idea profundizar cada día más en ella.
Cuanto más la leas, más aprenderás y más podrás ver el amor de Dios.
Ponlo en práctica: ¡Lee más la Biblia!
Elige uno de sus 66 libros que nunca hayas leído, busca una versión que sea fácil de entender, como la Dios Habla Hoy, y empieza ya mismo.
Ponlo en oración: Pide a Dios que te ayude a comprender y a recordar lo que lees.