«¡Siempre estaremos orgullosos de ti, oh Dios, y siempre alabaremos tu nombre!» (Salmo 44: 8).
Echa un vistazo a las locuras que la gente ha hecho para lograr un récord mundial:
Xie Qiuping, de China, se dejó crecer el pelo durante cuarenta años para tener el cabello más largo del mundo. Lo arrastra por el suelo y ¡mide más de cinco metros!
En una hazaña de vida o muerte, John Evans, del Reino Unido, sostuvo un Mini Cooper sobre la cabeza para batir el récord mundial del auto más pesado sostenido sobre una cabeza.
Zafar Gill, de Pakistán, utilizó unas pinzas para enganchar y levantar una pesa de más de 60 kilos con la oreja derecha, batiendo el record mundial de mayor peso levantado con la oreja.
El profesional de dobles Ted Batchelor, de los Estados Unidos, aguantó fuego por todo el cuerpo durante más de dos minutos y medio para batir el record mundial del tiempo más largo con el cuerpo en llamas sin oxígeno.
¿Sabías que existían este tipo de récords mundiales? Pues sí, existen toda clase de récords descabellados porque la gente quiere tener derecho a presumir de haber logrado algo extraordinario. No estoy segura de cuántos récords mundiales podría haber batido el apóstol Pablo, pero sin duda tenía mucho de lo que sentirse orgulloso. Tenía una muy buena educación y un currículum impresionante, pero dijo que nada de eso importaba. Para él, lo único de lo que valía la pena presumir era del sacrificio de Jesús en la cruz. El apóstol escribió: «En cuanto a mí, de nada quiero gloriarme sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Pues por medio de la cruz de Cristo, el mundo ha muerto para mí y yo he muerto para el mundo» (Gálatas 6: 14).
En realidad. Pablo escribió mucho acerca de la presunción y del orgullo (haz una búsqueda de la palabra «orgullo» en la Biblia y verás cuánto la utilizó); sin embargo, siempre volvía a un mismo principio: no hay nada que podamos hacer o decir de lo que podamos presumir. Haciendo referencia a las palabras del profeta Jeremías. Pablo lo resumió diciendo: «Si alguno quiere gloriarse, que se gloríe del Señor» (2 Corintios 10: 17).
Ponlo en práctica: ¿Te sientes tentado a presumir? ¿Qué puedes aprender de los consejos de Pablo acerca de la presunción?
Ponlo en oración: Da gracias a Dios por la muerte de Jesús en la cruz, y pídele que te ayude a ver las cosas de la vida de las cuales realmente merece la pena estar orgulloso.