Huesos secos escuchan este mensaje del Señor, Ezequiel 37: 4.
(Necesitaras un paquete de macarrones.)
¿Te gustan los macarrones? ¡A mí me encantan! Vamos a probarlos. (Ofrezca los macarrones crudos y pruébenlos.) ¡Ay, ay, esto no buen sabor! ¿Que les falta? Bueno, esos macarrones no están acinados. Necesitamos cocerlos en agua caliente, después colarlos y prepararlos con alguna salsa. Si los preparamos, esos macarrones secos volverán a la vida y tendran un sabor delicioso.
Dios enseño al profeta Ezequiel un valle lleno de huesos secos, estaban regados por todo el lugar y no tenían vida. Dios preguntó Ezequiel: «¿Pueden vivir estos huesos?».
—Oh señor —dijo—, solo tú sabes la respuesta a esa pregunta.
Entonces Dios habló a Ezequiel: «Diles a esos huesos secos que volverán a vivir». Ezequiel dio el mensaje a los huesos. Mientras hablaba, vio que los huesos se unieron y formaron esqueletos completos. Se llenaron de carne y finalmente de piel. Luego sopló un viento y les dio aliento.
Los cuerpos comenzaron a moverse. ¡Eran personas vivas nuevamente!
Muchas veces creemos que todo está perdido y que no hay solución para los problemas. Pero así como Dios dio vida a esos huesos secos, también puede mejorar las cosas negativas de nuestra vida. Así sucederá, cuando confiemos en él. (Prepare los macarrones secos y déles vida nuevamente.)
HABLA CON JESÚS:
Querido Jesús, cuando parezca que no hay esperanza, ayúdame a creer que tú eres capaz de solucionar cualquier problema. Amén.