«Que el Señor de paz les conceda su paz siempre y en todas las circunstancias» (2 Tesalonicenses 3: 16, NVI).
EN ALGUNOS PAÍSES, la gente tiene una costumbre peculiar para la noche de Fin de Año: a las doce, salen a la calle con una maleta y recorren una cuadra. Con eso le están pidiendo a la vida que les dé la suerte de poder viajar mucho el año entrante. Pues resulta que una noche de Fin de Año, una amiga mía decidió probar esa costumbre. Agarró su maleta y comenzó a darle la vuelta a su cuadra, pero en plena marcha, un hombre se le acercó y le pidió que le regalara la maleta. Le dijo que al día siguiente él tenía que salir de viaje, y que no tenía maleta, así que le haría un gran favor si se la diera. Mi amiga se asustó tanto que dejó tirada la maleta y se volvió corriendo para la casa. ¡Ese fue todo su viaje! No llegó ni a la vuelta de la esquina. Hay planes que no nos salen como deseamos.
¡Se acabó el año! Es increíble cómo pasó de rápido el tiempo. Al menos a mí, se me fue volando, ¿y a ti? En este año, estoy segura de que te han pasado muchas cosas; en unas ganaste y en otras perdiste. Seguro que ganaste estatura y perdiste algún diente. Ganaste amigos, me imagino; y tal vez perdiste algún partido de fútbol, o de baloncesto, o alguna competencia. Ganaste un año más de vida, pero seguro que perdiste algún juguete.
Si estás leyendo esta última reflexión de 2017 es porque estás vivo, y ese es un logro que solo pudo hacerse realidad porque Jesús te ha cuidado, te ha dado salud y te ha protegido. Yo te agradezco por haberme acompañado todo este año en las lecturas de este devocional, y aprovecho la ocasión para despedirme de ti. El año que viene, otro autor o autora te acompañará, para que sigas caminando cada día de la mano de Jesús. Pero te digo una cosa: no botes este devocional, guárdalo, para que cuando seas mayor, recuerdes todo lo que leíste en él y sigas deseando saltar bien alto, para gloria de Dios y cada día más cerca de Jesús.
Si quieres escribirme, este es mi correo: pnamarquez@yahoo.com.ar. Me encantará seguir compartiendo cosas contigo. Que Jesús te bendiga, hoy y siempre. Amén.