PARA MEMORIZAR: “Ahora estamos libres de la ley, por haber muerto para aquella en que está- bamos sujetos, de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra” (Rom. 7:6).
POCOS CAPÍTULOS DE LA BIBLIA han generado más controversia que Romanos
7. En cuanto a los temas involucrados, el Comentario bíblico adventista dice: “El
significado de los versículos 14 al 25 ha sido uno de los problemas más debatidos
de toda la epístola. Las preguntas básicas han girado en torno a dos aspectos: hasta
qué punto la descripción de una lucha moral tan intensa puede ser autobiográfica,
y si así fue, si dichos versículos se refieren a la vida de Pablo antes o después de su
conversión. Que Pablo está hablando de su propia lucha personal con el pecado,
resulta evidente por el significado obvio de sus palabras (cf. vers. 7-11, CC 15, JT
1:403). Pero también es igualmente cierto que está describiendo un conflicto que en
forma más o menos pronunciada es experimentado por toda alma que se enfrenta a
las demandas espirituales de la santa Ley de Dios, y las reconoce” (CBA 6:529, 530).
Los estudiosos de la Biblia difieren en cuanto a si Pablo tuvo la experiencia de
Romanos 7 antes o después de su conversión. Lo importante es que la justicia de
Jesús nos cubre y que en ella somos perfectos delante de Dios, que promete darnos
la victoria sobre el pecado y conformarnos a “la imagen de su Hijo” (Rom. 8:29).