«Dios anuló el documento de deuda que había contra nosotros y que nos obligaba; lo eliminó clavándolo en la cruz. (Colosenses 2: 14).
Las lágrimas comenzaron a rodarles por las mejillas cuando llegaron al apartamento aquella noche, confundidos y consternados, preguntándose si todo lo que habían creído era mentira. Mis dos amigos acababan de visitar a un pastor de otra religión, y este había hecho añicos su fe, diciéndoles que la Biblia enseña que el sábado ha sido clavado en la cruz para siempre. El versículo de hoy es probablemente el más malinterpretado de toda la Biblia. La gente lo usa para atacar el sábado, diciendo que la ley fue clavada en la cruz, por lo que ya no tenemos que guardar el sábado. Pero ¿fueron realmente los Diez Mandamientos los que fueron clavados en la cruz o fue otra cosa? Esto es importante. Si la ley ya no tiene vigencia, no tenemos que guardar ninguno de los mandamientos, incluidos robar o matar. Pero lo que el texto dice es que Dios anuló el «documento de deuda» que había contra nosotros. ¿Qué documento de deuda?
Un documento de deuda era similar al que tenían los esclavos, y no a los Diez Mandamientos, porque los Diez Mandamientos fueron escritos por Dios mismo y no por seres humanos. Jesús dijo que él no vino para abolir la ley sino para cumplirla (Mateo 5: 17). Los cristianos que creen que la ley ha sido abolida y todavía guardan nueve de sus mandamientos, ¿qué es lo que consideran que ha sido abolido? En el Antiguo Testamento se narra cuando Moisés dio el pacto a Israel por última vez. Aquel día la nación al completo se comprometió delante de Dios a guardar todas las leyes ceremoniales y los decretos. Si no lo hacían, serían malditos y quedarían en deuda con Dios. Tú y yo sabemos lo que sucedió: no cumplieron el pacto. Y nunca olvidaron que habían roto su promesa. Con razón los fariseos intentaban guardar hasta el más mínimo detalle de la ley ceremonial, porque se sentían en deuda. Pero Jesús murió en la cruz y canceló para siempre nuestra deuda de pecado.
Ya no somos esclavos del pecado, porque nuestros certificados de esclavitud han sido clavados en la cruz. Así que no permitas que nadie te diga que lo que se ha abolido son los Diez Mandamientos. La ley de Dios continúa en vigencia; es nuestra deuda la que ha sido cancelada.