Háganlo todo sin murmuraciones ni discusiones, para que nadie encuentre en ustedes culpa ni falta alguna, y sean hijos de Dios sin mancha en medio de esta gente mala y perversa. Entre ellos brillan ustedes como estrellas» (Filipenses 2: 14-15).
Seguramente habrás oído que, hace siglos, los navegantes se orientaban en el mar por las estrellas. Hacían cálculos bastante complejos a partir de una estrella fija en el firmamento que tomaban como referencia. Ese punto de referencia era la estrella polar. Cuando un navegante encontraba la estrella polar, ya podía orientarse sin problemas.
Al echar un vistazo a mi vida me doy cuenta de que ha habido personas que han sido para mí como estrellas polares. Me ayudaron a navegar por los diferentes obstáculos y dudas que atravesé. Una de esas personas fue un profesor de la universidad, el pastor Case. El pastor Case no solo sabía muchísimo de Biblia (lo cual yo admiraba porque también quería saber mucho de Biblia), sino que era muy comprensivo. Cada vez que iba a hablar con él a su oficina, hablábamos de todo tipo de cosas, desde personales hasta profesionales, y siempre que yo creía que lo había dejado sin palabras, él me sorprendía con alguna idea profunda que yo nunca había oído antes. Por si eso fuera poco, aunque él tenía razones para estar orgulloso de sí mismo, era el hombre más humilde que he conocido. Cuando pienso en qué tipo de cristiano quiero ser, siempre llego a la conclusión de que quiero ser como él.
Nosotros somos cristianos, por eso nuestras vidas deben brillar como estrellas polares para la gente que nos rodea y que vive en oscuridad. Pablo dice a los cristianos de Filipo que si viven vidas puras, sin discusiones ni quejas, destacarán sobre los demás y todo el mundo se dará cuenta de que son diferentes. No diferentes en el sentido de ser personas encantadoras (porque hay muchas personas encantadoras en el mundo) sino en el sentido de que brillarán como estrellas en el firmamento. En un mundo que está lejos de Dios, el cristiano destaca no porque sea amable o cortés, sino porque su presencia infunde espiritualidad. No es perfecto, pero tiene una relación con Jesús que resulta evidente para todos, y por eso es diferente. El pastor Case es un tipo normal, pero el Jesús con el que camina es cualquier cosa menos normal. Por eso el pastor destaca y hace que la gente quiera parecerse a Jesús. Échale un vistazo a tu vida hoy. ¿Vives de una forma diferente a los demás? ¿Estás inmerso en las tinieblas que rodean este mundo o brillas como una estrella polar?