Con tus cuidados me has mantenido con vida, Job 10:12
Necesitarás un barquito de papel y una cubeta de agua.
El pueblo de Israel vivía esclavizado en un país lejano llamado Egipto. Pero los israelitas llegaron a ser tantos, que al faraón le molestó, así que dio una orden horrible. Mandó que todo niño israelita que naciera a partir de ese día, fuera lanzado al río, para que muriera ahogado y el pueblo israelita ya no creciera.
En esa época nació Moisés, un hermoso bebé. ¿Qué crees que hizo su mamá? Durante un tiempo, lo escondió; los soldados del faraón no se dieron cuenta de su presencia. Pero cuando creció y lloró más fuerte, ya no lo pudo ocultar. Entonces a su mamá se le ocurrió la idea de tomar unas hierbas largas, llamadas juncos, que crecían cerca del río. Las usó para tejer una canasta parecida a una cunita. La cubrió con brea, que es como pegamento, para que no se filtrara el agua. Luego colocó al bebé en la cesta con unas mantas calentitas. Se dirigió al río y dejó la canasta en el agua.
Después de flotar durante un rato, la princesa, que tomaba un baño en el río, encontró la cesta. ¡Al abrirla vio que tenía un bebé! Quedó tan encantada con él, que decidió adoptarlo como su hijo. Así, Moisés se libró de la muerte y creció en el palacio como el hijo de la princesa.
Dios cuidó a Moisés y también te cuida a ti cada día, pues tiene planes maravillosos para tu vida. Ahora juega con tu barquito mientras piensas en cómo nos cuida Dios.
HABLA CON JESÚS: Gracias, Jesús, porque libraste a Moisés de la muerte y porque también me cuidas a mí. Amén.