”Si este asunto es cosa de los hombres, pasará; pero si es cosa de Dios, no podrán ustedes vencerlos. Tengan cuidado, no se vayan a encontrar luchando contra Dios” (Hechos 5:38,39).
La película «Atrápame si puedes» está basada en la vida de un tipo astuto que, a los diecinueve años, ya se había hecho pasar por piloto, médico, abogado y profesor universitario. Logró filtrar con éxito cheques falsificados por valor de dos millones y medio de dólares en 26 países durante cinco años. Viajó por Norteamérica haciéndose pasar por un piloto que necesitaba llegar a su próximo destino. Empezó a sentirse invencible. Cada vez que la policía le pisaba los talones, lograba escapar y empezar una nueva vida en otro lugar con una identidad falsa. Cuando finalmente fue capturado en Francia en 1969, las autoridades lo enviaron a prisión durante un año.
Cuando fue liberado, lo enviaron a Suecia, donde fue condenado a otros seis meses de prisión. Después de su liberación en Suecia, fue trasladado a Italia, para enfrentarse a otra ronda de juicios; allí el FBI finalmente lo capturó Y revocó su pasaporte estadounidense. Esto obligó a Italia a enviarlo de regreso a los Estados Unidos, con una pena de doce años de prisión por los doce cargos de falsificación que se le atribuían. Pero de camino a Virginia, se escapó de un avión y, más tarde, de un centro de detención en Atlanta.
El gobierno estaba tan impresionado con sus habilidades, que le propusieron la libertad a cambio de que trabajara para ellos.
Hablando de personas imparables, según narra el libro de Hechos, el maestro Gamaliel tornó una sabia decisión respecto a los apóstoles. Habían sido llevados ante las autoridades para detener su labor, pero Gamaliel instó a que los dejaran ir con el ultimátum del versícuIO de hoy. Aseguró que, si realmente trabajaban para Dios, serían imparables y resultaría inútil oponerse a ellos. Pero si trabajaban para sí mismos, el movimiento fracasaría, como acaba sucediendo con todo lo que no está guiado por Dios.
Los dirigentes escucharon su consejo y los apóstoles salieron libres. Posteriormente hubo abrumadoras evidencias de que Dios estaba con ellos.
Recuerda que cuando tus metas estén de acuerdo con la voluntad de Dios, nada en la tierra te podrá detener, porque todo el poder del cielo te respaldará. Para ser hoy realmente imparable, pon tus objetivos en consonancia con los objetivos del cielo.