Aunque siempre se librará un conflicto interior entre la carne y el Espíritu en el corazón de cada creyente, la vida cristiana no necesita estar dominada por el fracaso y el pecado.
Según Gálatas 5:16 al 26 ( CB ) , ¿cuál es la clave para vivir una vida en la que el Espíritu reine sobre la carne?
Gálatas 5:16 al 26 contiene cinco verbos clave que describen el tipo de vida en el que reina el Espíritu. Primero, el creyente debe “andar” en el Espíritu (vers. 16). El verbo griego es peripateo, que literalmente significa “andar alrededor o seguir”.
Los seguidores del famoso filósofo griego Aristóteles llegaron a conocerse como los peripatéticos, porque seguían a Aristóteles dondequiera que iba.
El hecho de que el verbo esté en tiempo presente implica que Pablo no está hablando de un andar ocasional, sino más bien de una experiencia diaria continua. Además, dado que también es un mandato (“Andad en el Espíritu”), implica que andar en el Espíritu es una decisión que debemos tomar a diario. El segundo verbo es “ser guiados” (vers. 18). Esto sugiere que también debemos permitir que el Espíritu nos guíe a donde deberíamos ir (comparar con Rom. 8:14; 1 Cor. 12:2). No nos toca a nosotros guiar, sino seguir.
Los dos verbos siguientes aparecen en Gálatas 5:25. El primero es “vivir” (zao, en griego). Pablo está haciendo referencia a la experiencia del nuevo nacimiento que debe marcar la vida de todo creyente. El uso que hace Pablo del tiempo presente indica que la experiencia del nuevo nacimiento debe renovarse a diario.
Debido a que vivimos por el Espíritu, Pablo sigue diciendo que también debemos “andar” por el Espíritu. La palabra traducida como “andemos” es diferente de la del versículo 16. Aquí, la palabra es stoicheo. Es un término militar que literalmente significa “formar una línea”, “mantener el paso” o “ser conformista”. La idea aquí es que el Espíritu no solamente nos da vida, sino también dirige nuestra vida a diario.
El verbo que usa Pablo en el versículo 24 es “crucificar”. Es un poco sorprendente.
Si hemos de seguir al Espíritu, debemos tomar una firma decisión de darles muerte a los deseos de la carne. Por supuesto, Pablo está hablando en sentido figurado. Crucificamos la carne al alimentar nuestra vida espiritual y hacer morir de hambre los deseos de la carne.
¿Qué cambios y decisiones debes tomar para obtener las victorias que se te prometen en Cristo, victorias que hasta ahora no estás pudiendo lograr?
*Reavivados por su Palabra: Hoy, Jeremías 51 – Durante esta semana, PR cap. 40.*