«Cristo no lloraba por Lázaro, pues iba a sacarle de la tumba. Lloró porque muchos de los que estaban ahora llorando por Lázaro maquinarían
pronto la muerte del que era la resurrección y la vida» (El Deseado de todas las
gentes, p. 490).
Lee la cita de El Deseado de todas las gentes de la sección Más luz que describe lo que verdaderamente hizo llorar a Jesús. ¿Conoces a alguien que está totalmente en contra de Dios, por una u otra razón?
¿Conoces a alguien que rehúsa aceptar la presencia de Dios en su vida? Empieza a orar por ellos para que el Salvador compasivo pueda ablandar su corazón endurecido. Esto requiere tiempo, así que no desistas de seguir orando, y probablemente sea conveniente mantener un diario de tus oraciones. Pero recuerda que a Jesús le interesa más la condición obstinada de estas personas que a cualquier otra persona y él desea verlas restauradas a una condición de esperanza..
«Cristo no lloraba por Lázaro, pues iba a sacarle de la tumba. Lloró porque muchos de los que estaban ahora llorando por Lázaro maquinarían pronto la muerte del que era la resurrección y la vida» (El Deseado de todas las gentes, p. 490).