«Pero como se acercaba la fiesta de las Enramadas, una de las fiestas de los judíos, sus hermanos le dijeron: “No te quedes aquí; vete a Judea, para que los seguidores que tienes allá también vean lo que haces. Pues cuando uno quiere ser conocido, no hace las cosas en secreto. Ya que haces cosas como estas, hazlas delante de todo el mundo”. Y es que ni siquiera sus hermanos creían en él. Si Jesús les dijo: “Todavía no ha llegado mi hora,
pero para ustedes cualquier hora es buena”. […] »Pero después que se fueron sus hermanos, también Jesús fue a la fiesta, aunque no públicamente, sino casi en secreto. Los judíos lo buscaban en la fiesta, y decían: “¿Dónde estará ese hombre?”Entre la gente se hablaba mucho de él. Unos decían: “Es un hombre de bien”; pero otros decían: “No es bueno; engaña a la gente”. Sin embargo, nadie hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos.
»Hacia la mitad de la fiesta, Jesús entró en el templo y comenzó a enseñar. Los judíos decían admirados: “¿Cómo sabe este tantas cosas, sin haber estudiado”. »Algunos de los que vivían en Jerusalén comenzaron entonces a preguntar: “¿No es a este al que andan buscando para matarlo? Pues ahí está, hablando en público, y nadie le dice nada. ¿Será que las autoridades creen de veras que este hombre es el
Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde viene este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde viene”.
»Al oír esto, Jesús, que estaba enseñando en el templo, dijo con voz fuerte: “¡Así que ustedes me conocen y saben de dónde vengo! Pero no he venido por mi propia cuenta, sino que vengo enviado por uno que es digno de confianza y a quien ustedes no conocen”. »Muchos creyeron en él, y decían: “Cuando venga el Mesías,¿acaso hará más señales milagrosas que este hombre?” »El último día de la fiesta era el más importante. Aquel día Jesús, puesto de pie, dijo con voz fuerte: “Si alguien tiene sed, venga a mí, y el que cree en mí, que beba. Comodice la Escritura, del interior de aquél correrán ríos de agua viva”.
»Había algunos entre la gente que cuando oyeron estas palabras dijeron: “Seguro que este hombre es el profeta. Otros decían: “Este es el Mesías”. Pero otros decían: “No, porque el Mesías no puede proceder de Galilea. La Escritura dice que el Mesías tiene que ser descendiente del rey David, y que procederá de Belén, el mismo pueblo de donde era David”. Así que la gente se dividió por causa de Jesús. Algunos querían llevárselo preso, pero nadie lo hizo». (Juan 7: 2-6, 10-15, 25-28, 31, 37, 38, 40-43)
EXPLICA LA HISTORIA.
Lee los capítulos 7-10 del Evangelio de Juan, y confecciona una lista de algunas de las cosas que decían las personas de Jesús. ¿Cuál fue la razón principal por la que los judíos dudaban que Jesús fuera su Mesías? (Juan 7: 27, 41-43, 52). Haz una lista de las respuestas que Jesús dio a las preguntas que se levantaron en relación con su identidad.
El Evangelio de Juan se destaca de los demás porque en él encontramos más elementos y detalles en cuanto a lo que Jesús dijo de sí mismo. ¿Cuántos de los «yo soy» de Jesús puedes encontrar?
Enuméralos en el espacio que viene a continuación. Si tienes un poco más de tiempo, también puedes leer los capítulos 6 y 11 de Juan para encontrar algunos «yo soy» adicionales. ¿Por qué los líderes religiosos se enfurecieron con Jesús y deseaban matarlo? (Juan 8: 58; 10: 33).
Después de leer la sección; Identifícate con la Historia, y contestar las preguntas de la sección; Explica la Historia, considera la siguiente pregunta:
¿De qué maneras el pueblo judío pudo reconocer a Jesús como el Mesías?