«Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe». Mateo 18: 5
JAMAS MENOSPRECIES el valor de un niño! Puede parecer frágil, insignificante, desvalido, pero cada niño encierra dentro de sí un potencial que el tiempo se encargará de revelar. Cuando el Señor Jesús nació en un humilde pesebre, ¿quién podría haberse atrevido a pensar que ese humilde Niño dividiría la historia del mundo? ¿Cómo aquel pequeño ser haría temblar la fuerza de las tinieblas? Pero así son las cosas en el Reino de Dios: parecen pequeñas, pero tienen el potencial que Dios coloca en todo lo que hace. pero el texto de hoy dice más. Allí Jesús afirma que, si recibes a un niño en su nombre, en realidad lo recibes a él mismo. ¿Qué significa esto? Que es necesario oportunidades a los más débiles; que no hay que apresurarse a descartar a quienes cometen errores; que no hay que sentenciar a las personas, sin darles la oportunidad de empezar de nuevo.
Cuando yo era niño, constantemente cometía errores; algunos por incapacidad, otros intencionalmente. Pero tuve padres y maestros que creyeron en mí y me dieron una nueva oportunidad; me enseñaron, invirtieron tiempo en mostrarme el camino, y me extendieron la mano cuando lo necesitaba.
En cierta ocasión, me encontré con uno de esos maestros en California. El tiempo lo había golpeado, Inclemente: había envejecido, ya no me parecía tan grande ni tan alto, como cuando yo era un simple adolescente. Pero todavía me impresionaba la nobleza de su espíritu, y en mi memoria renació
Vívidamente el recuerdo del día en que tomó de mis manos el trabajo de redacción, mal realizado que yo había preparado, me miró a los ojos y con voz cariñosa me dijo: «VOY a hacer de cuenta que tú nunca escribiste esto. Pero quiero que creas que eres capaz de escribir algo mejor» Aquel día, él no tenía la más mínima idea de que yo, un día, llegaría a escribir bastante… ¿O la tendría? No lo sé. Pero recuerdo que la confianza que depositó en mí me hizo creer que yo sí podría, si me colocaba en las manos de Dios.
¿Podrías hoy dar una oportunidad a alguien más débil que tú y que necesita de tu ayuda? ¿serías capaz de recibir al que falló, como se recibe a un niño? Sal Para enfrentar tus deberes diarios hoy, recordando las palabras del Maestro: «Y CUalquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe».