«Cuando Jesús terminó de hablar a la gente, se fue a Capernaúm. Vivía allí un capitán romano que tenía un criado al que estimaba mucho, el cual estaba enfermo y a punto de morir. Cuando el capitán oyó hablar de Jesús, mandó a unos ancianos de los judíos a rogarle que fuera a sanar a su criado. Ellos se presentaron a Jesús y le rogaron mucho, diciendo: “Este capitán merece que lo ayudes, porque ama a nuestra nación y él mismo hizo construir nuestra sinagoga”. Jesús fue con ellos.
»Pero cuando ya estaban cerca de la casa, el capitán mandó unos amigos a decirle: “Señor, no te molestes, porque yo no merezco que entres en mi casa; por eso, ni siquiera me atreví a ir en persona a buscarte. Solamente da la orden, para que sane mi criado. Porque yo mismo estoy bajo órdenes superiores, y a la vez tengo soldados bajo mi mando.
Cuando le digo a uno de ellos que vaya, va; cuando le digo a otro que venga, viene; y cuando mando a mi criado que haga algo, lo hace”.
»Jesús se quedó admirado al oír esto, y mirando a la gente que lo seguía dijo: “Les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe como en este hombre”. Al regresar a la casa, los enviados encontraron que el criado ya estaba sano».
»Llevaron a Jesús un hombre ciego y mudo, que estaba endemoniado, y Jesús le devolvió la vista y el habla. Todos se preguntaban admirados: “¿Será este el Hijo de David?”.
»Al oír esto, los fariseos dijeron: “Beelzebú, el jefe de los demonios, es quien le ha dado a este hombre el poder de expulsarlos”. Jesús, que sabía lo que estaban pensando, les dijo: “Todo país dividido en bandos enemigos, se destruye a sí mismo; y una ciudad o una familia dividida en bandos, no puede mantenerse. Así también, si Satanás expulsa al propio Satanás, contra sí mismo está dividido; ¿cómo, pues, mantendrá su poder?
Ustedes dicen que yo expulso a los demonios por el poder de Beelzebú; pero si es así, ¿quién da a los seguidores de ustedes el poder para expulsarlos? Por eso, ellos mismos demuestran que ustedes están equivocados. Porque si yo expulso a los demonios por medio del Espíritu de Dios, eso significa que el reino de los cielos ya ha llegado a ustedes”» (Lucas 7: 1-10; Mateo 12: 22-28).
EXPLICA LA HISTORIA.
El pasaje bíblico de la sección Identifícate con la historia de hoy presenta dos relatos diferentes de los viajes durante el ministerio de Jesús.
¿Qué diferencias o similitudes observas en ellos?
¿Qué le dijeron los líderes judíos a Jesús durante el episodio del centurión? ¿Cuál fue su actitud?
Lee el segundo relato de la sección Identifícate con la historia. ¿Cuál es la actitud de los líderes judíos en esta historia? ¿Qué acusación le hacen a Jesús en este relato?
Presta atención especial a las partes de la historia donde se produce un giro en la acción. Coloca una X en cada una de las partes.
¿Qué dice Jesús en cada historia? Observa el poder y la autoridad de sus palabras. ¿Pareciera ser una persona tímida? ¿Pareciera estar preocupado por la opinión de la élite judía sobre él?
¿Qué lecciones podemos aprender sobre la clase de personas que componen la familia de Dios?
Después de leer el pasaje bíblico de la sección; Identifícate con la historia, completa las preguntas de la sección; Explica la historia. Nota que tanto el siervo del centurión como el hombre poseído por un demonio fueron traídos a Jesús por otras personas. Escribe acerca de algún momento en el que hayas llevado un amigo a Jesús. Posiblemente lo hiciste al orar por él, o al invitarlo a ir la iglesia. Escribe el motivo que te impulsó a hacerlo.
Como miembros de la familia de Dios se nos invita a tratar de alcanzar a todas.