“Alégrense con los que están alegres» (Romanos 12:15).
¿Te gustan las abejas? Muy bonitas no se puede decir que sean, con ese cuerpo muy velludo y esos aguijones que pican. Pero déjame decirte que, si no existieran las abejas, no habría tantas flores en los campos, porque son las abejas las principales polinizadoras de las flores. ¿Polini quéeee? Polinizadoras. Las abejas llevan el polen de unas flores a otras, y así estas se reproducen y llenan el campo de color.
Cuando una abeja descubre un delicioso polen en una hermosa flor, se pone tan contenta que vuela corriendo a la colmena, y allí empieza a danzar.
La danza es su forma de comunicación. Mediante la danza, la abeja obrera hace saber a todas sus compañeras dónde está el mejor polen, para que todas vayan a disfrutarlo con ella.
El Dr. Karl von Frisch fue quien descubrió este mecanismo de las abejas, y por eso le dieron el Premio Nobel en 1973. Él ha estudiado las danzas de estos insectos, y ha descubierto qué significa exactamente cada movimiento que hacen. Cuando una abeja regresa del campo tras haber encontrado polen, gira primero hacia la derecha y luego hacia la izquierda; con esto, avisa a las demás de su gran hallazgo. Lo increíble es que cuanto más néctar encuentra, mayor es su danza.
La abeja indica, además, el lugar de su descubrimiento con referencia al sol por medio de una corta carrera, cuando acaba la danza. Si baja verticalmente frente al panal, indica que hay que volar en dirección recta alejándose del sol; si se desvía hacia la izquierda, por ejemplo, en un ángulo de cuarenta grados, eso quiere decir que las demás abejas deben volar con igual ángulo, para llegar a las flores. La abeja recuerda la distancia exacta que ha recorrido, y luego hace la demostración a las demás, para que también puedan ir a comer. A las abejas les gusta compartir su éxito.
¿Y qué me dices de ti? ¿Te gusta compartir tu éxito y tus alegrías con los demás? Cuando algo bueno te pasa, o tienes algo bonito y divertido, ¿vas a buscar a tus hermanos y amigos, para que disfruten contigo? Ahora, una pregunta difícil: ¿Te alegras con tus compañeros cuando están contentos y les va bien? Ojalá, como las abejas, compartas siempre la alegría, la tuya y la de los demás, sin envidia ni egoísmo.