“Un día en que debían presentarse ante el Señor sus servidores celestiales, se presentó también el ángel acusador entre ellos. El Señor le preguntó: ‘¿De dónde vienes?’ Y el acusador contestó: ‘He andado recorriendo la tierra de un lado a otro’” (Job 1:6,7).
No es fácil detectar a un estafador. Lucen como cualquier otra persona y esa es la razón por la que mi padre hizo negocios con uno. El hombre no parecía sospechoso; no olía sospechoso; ni siquiera actuaba de manera sospechosa. Invitó a mi padre y a mi madre a una casa impresionante para intentar vendérsela. La casa era enorme, preciosa… La decoración era increíble y tenía piscina; había autos caros a la entrada. El hombre les aseguró a mis padres que era el dueño de aquella casa, que la había comprado porque le iba muy bien en los negocios.
Meses más tarde, mis padres descubrieron que aquel hombre era un estafador y que la casa no era suya. Los había invitado a la casa de otra persona fingiendo que era suya. ¡Increíble!
Al comienzo del libro de Job vemos que Satanás hace exactamente lo mismo. Hay una reunión muy importante en el cielo y Satanás se presenta como si hubiera sido invitado. Cuando Dios le pregunta de dónde viene, Satanás dice que viene de recorrer la tierra de un lado a otro.
Esto a nosotros nos puede parecer que se refiere a que estaba paseando, pero la frase realmente tiene un significado más profundo. Es un modo de decir que la tierra es suya. Y por esa razón se presentó a la reunión: para reclamar que era el dueño de la tierra, que podía caminar por ella como le diera la gana. Esta es la pretensión de un estafador, pero Dios sabe que él es el verdadero dueño de la tierra, así que inmediatamente señaló a Job como ejemplo de vida que Satanás no puede poseer.
La vida de Job era una vida de obediencia a Dios, y esa era la prueba de que Satanás no es el dueño del mundo.
¿No te parece genial esta idea? Cuando obedecemos a Dios, damos testimonio de que él es el dueño del mundo. Es verdad que hay un estafador que quiere conquistarnos para su causa, pero nosotros sabemos lo que nos conviene. ¿Qué te parece si aceptamos el reto que aceptó Job y utilizamos nuestra vida para mostrar al mundo que Dios es el dueño de todo? No importa que otros se hayan pasado al bando del enemigo, Jesús quiere tener en ti a un amigo fiel.