Lee 1 Pedro 1:6; y 5:10. ¿De qué está hablando Pedro, y cómo dijo a sus lectores que debían responder a lo que estaban enfrentando?
Durante los primeros siglos, el solo hecho de ser un cristiano podía significar una muerte horrenda. Una carta escrita a Trajano, emperador romano, ilustra cuán precaria era la seguridad de los primeros cristianos. La carta provenía de Plinio, quien al momento de escribir era gobernador del Ponto y de Bitinia (111-113 d.C.), dos de las regiones mencionadas en 1 Pedro 1:1.
Plinio había escrito a Trajano pidiendo consejo con respecto a qué hacer con las personas que eran acusadas de ser cristianas. Explicó que aquellos que insistían en que eran cristianos los había mandado ejecutar. Otros dijeron que, aunque anteriormente habían sido cristianos, ya no lo eran. Plinio les permitió probar su inocencia al obligarlos a ofrecer incienso a estatuas de Trajano y otros dioses, y a maldecir a Jesús.La adoración de un emperador en vida no era comúnmente practicada en Roma, aunque en el sector oriental del Imperio Romano al que fue enviada 1 Pedro, los emperadores permitían y a veces fomentaban la edificación de templos a su nombre.
Algunos de estos templos tenían sus propios sacerdotes y altares sobre los cuales se hacían sacrificios. Cuando Plinio hizo que estos cristianos mostraran su lealtad al emperador al ofrecer incienso y adorar a una estatua del emperador, estaba siguiendo una práctica muy común en Asia Menor.
Hubo momentos en el primer siglo en que los cristianos enfrentaron serios peligros solamente por ser cristianos. Esto fue especialmente cierto bajo los emperadores Nerón (54-68 d.C.) y Domiciano (81-96 d.C.).
Sin embargo, la persecución presentada en 1 Pedro es de un carácter más local. Hay pocos ejemplos específicos de la persecución en esta carta de Pedro, pero podrían incluir falsas acusaciones (1 Ped. 2:12) y vituperios y deshonras (1 Ped. 3:9; 4:14). Aunque las pruebas eran severas, no parecen haber resultado en encarcelamientos o muerte generalizados, por lo menos no ese momento.
Aun así, vivir como un cristiano ponía a los creyentes en oposición a elementos importantes de la sociedad en general del primer siglo, y podían sufrir por causa de sus creencias. Así, Pedro estaba abordando una preocupación seria cuando escribió esta primera epístola.