«Tan pronto como halló al Salvador, la mujer samaritana trajo otros a Él. Demostró ser una misionera más eficaz que los propios discípulos. Ellos no vieron en Samaria indicios de que era un campo alentador. Tenían sus pensamientos fijos en una gran obra futura, y no vieron que en derredor de sí había una mies que segar. Pero por medio de la mujer a quien ellos despreciaron, toda una ciudad llegó a oír del Salvador» (El Deseado de todas las gentes, cap. 19, p. 171).
Lee la sección; Más luz de la lección.
¿De qué manera fueron Jesús y sus discípulos diferentes en su forma de ver a los samaritanos?
¿En qué estaban concentrados los discípulos cuando fueron a Samaria?
¿En qué pensaba Jesús?
La testificación es efectiva solo cuando nos concentramos en lo que es real, aquí y ahora. En vez de imaginarte la obra grandiosa que puedes hacer por Dios algún día en el futuro, observa a las personas que él ha traído a tu vida ahora: familiares, amigos y vecinos.
Comparte su amor con las personas que conoces y tendrás el secreto para ser un verdadero misionero.