«“Y el niño crecía, y se fortalecía en espíritu: y estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel”. Antes que naciera Juan, el ángel había dicho: “Será grande delante de Dios, y no beberá vino ni sidra; y será lleno del Espíritu Santo”. Dios había llamado al hijo de Zacarías a una gran obra, la mayor que hubiera sido confiada alguna vez a los hombres»
(El Deseado de todas las gentes, cap. 10, p. 78).
En la sección Más luz de esta semana, Elena G. de White señala que Juan el Bautista creció lejos de la ciudad; de hecho, en el desierto. Era un chico de campo.
¿Por qué crees que Dios quiso que Juan el Bautista se criara de esa manera?
¿De qué manera esta crianza sencilla lo ayudó a reconocer el pecado?