«El es el resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas». Hebreos 1: 3, BA
QUIÉN ES CRISTO? Es el Hijo unigénito del Dios viviente. Es, en relación con el Padre, la Palabra que expresa el pensamiento de la Divinidad, haciendo audibles sus ideas. Cristo es la Palabra de Dios. Cristo dijo a Felipe: «El que me ha visto a mí ha visto al Padre» (Juan 14: 9). Sus palabras eran el eco de las del Padre. Cristo era manifestación de Dios, «el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia» (Heb. 1: 3).— The Youth’s Instructor, 28 de junio de 1894.
Como ser personal, el Padre se ha revelado a sí mismo por medio de su «Hijo [que] irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios» (Heb. 1: 3, NTV) al descender a la tierra en forma humana. Vino al mundo como un Salvador personal, y ascendió a lo alto como tal, e intercede en las cortes celestiales como lo que es, mi Salvador personal. Ante el trono de Dios ministra en nuestro favor «uno semejante al Hijo del hombre» (Apoc. 1: 13).
Como la luz del mundo, Cristo veló el esplendor deslumbrante de su divinidad, y vino a vivir como Hombre entre los hombres, para que todos nosotros pudiéramos conocer a nuestro Creador sin ser consumidos. El Señor Jesús vino a enseñarnos lo que Dios desea que de él conozcamos. En los cielos, en la tierra y en la inmensidad de los océanos, vemos la mano de Dios. Todos los seres creados dan testimonio de su poder, su sabiduría y su amor. Pero no podemos aprender de las estrellas, del océano o del firmamento nada en cuanto a la personalidad de Dios tal como está revelada en Cristo.— Testimonios para la iglesia, t. 8, p. 277.