Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia. (Colosenses 3:12)
Los deportes extremos son muy populares en todos los grupos sociales. Ya se trate de la escalada, del salto desde un puente atado a una cuerda elástica, o de deslizarse por la nieve sobre una tabla, algunas personas siempre están dispuestas a asumir un reto que hará que sus corazones se aceleren.
Pero ¿qué pasa con… la bondad extrema?
¿Podría ser que tratar con amabilidad a la gente sea un “deporte” extremo?
Brad Stokes, Val Litwin, Eric Hanson y Chris Bratseth así lo creen. Los cuatro jóvenes de Columbia Británica, Canadá, se reunieron hace unos años para comenzar a hacer “actos aleatorios de extrema bondad”, a favor de extraños. Se inspiraron, en parte, en la madre de Brad, que murió de cáncer. El suceso de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 también los animó a llevar la bondad a niveles extremos. “Queríamos ser nosotros el cambio que queríamos en el mundo”, dijo Chris Bratseth.
En 2002, el grupo puso “la bondad extrema” en la carretera, con una gira por Canadá en la que hablaban con la gente sobre el poder de la bondad. También trabajaban en un comedor de beneficencia, pasaban noches en las calles con personas sin hogar, llevaban de compras a personas de la tercera edad y fueron a nadar en el agua helada, para ayudar a un equipo de natación a recaudar dinero para un viaje al extranjero.
El grupo de la bondad extrema anima a los jóvenes a encontrar cosas que los apasionen, y luego a usar esas pasiones para ayudar a otros. Ellos creen que la bondad puede realmente cambiar al mundo.
¿Y AHORA? Piensa en un acto de “bondad extrema” que podrías hacer por alguien hoy mismo, ¡y hazlo!
SPLASH El nombre “deportes extremos” fue utilizado por primera vez a finales de 1980 y principios de 1990 para referirse a deportes como el ala delta, el buceo, la escalada en roca y el puentismo (bungee jumping en inglés).