“ ‘Ahora es el juicio de este mundo –continuó Cristo–; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos traeré a mí mismo. Y esto decía dando a entender de qué muerte había de morir’. Esta es la crisis del mundo. Si soy hecho propiciación por los pecados de los hombres, el mundo será iluminado. El dominio de Satanás sobre las almas de los hombres será quebrantado. La imagen de Dios que fue borrada será restaurada en la humanidad, y una familia de santos creyentes heredará, finalmente, la Patria celestial. Tal es el resultado de la muerte de Cristo. El Salvador se pierde en la contemplación de la escena de triunfo evocada delante de él. Ve la Cruz, la cruel e ignominiosa Cruz, con todos sus horrores, esplendorosa de gloria. “Pero, la obra de la redención humana no es todo lo que ha de lograrse por la Cruz. El amor de Dios se manifiesta al universo. El príncipe de este mundo es echado fuera. Las acusaciones que Satanás había presentado contra Dios son refutadas. El oprobio que había arrojado contra el Cielo queda para siempre eliminado. Los ángeles tanto como los hombres son atraídos al Redentor” (DTG 579). PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿De qué otras maneras puedes considerar cómo la vida y la muerte de Jesús respondió las preguntas que el libro de Job dejó pendientes?
2. Piensa otra vez en lo que la Cruz nos revela acerca del carácter de Dios, especialmente cuando percibimos que Aquel que nos creó fue el que murió por nosotros en la Cruz. ¿Por qué esta realidad nos da tanta esperanza y consuelo, sin tomar en cuenta cualquier prueba que estemos afrontando? ¿De qué forma esta verdad asombrosa nos enseña a confiar en Dios y en su bondad? (ver Rom. 8:32).
3. Como vimos, el libro de Job mostró, entre otras cosas, que el Gran Conflicto es un problema cósmico, y que el conflicto entre Cristo y Satanás tiene una dimensión que va más allá de la Tierra misma. Imagina lo que debió de haber sido, para las criaturas celestiales que solo conocían a Jesús en su gloria celestial, verlo pasar por lo que le ocurrió en la Cruz. ¿De qué modo meditar en esta idea sorprendente nos ayuda a apreciar más lo que se nos ha dado en Jesús?
Reavivados por su Palabra: Hoy, Est. 7 – Durante esta semana, PP cap. 53.