Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo (Gálatas 4: 7)
En muchos países, el día siguiente al día de la Navidad se lo conoce como Día de las Cajas. Nadie está muy seguro de dónde viene el nombre, pero puede provenir de los tiempos en que los ricos, tradicionalmente, daban a sus siervos una caja de regalos, incluyendo sobras de las comidas de la fiesta del día de Navidad, para que disfrutaran el día después.
En aquellos días, los ricos, probablemente, se guardaban lo mejor para sí mismos y daba a sus sirvientes las cosas que no eran tan buenas: las sobras, la ropa de segunda mano, los regalos que no eran tan agradables. Después de todo, la familia obtenía lo mejor de todo, y los siervos tenían que contentarse con lo que quedaba.
La Biblia a menudo nos llama siervos de Dios. Pero también señala que no somos solamente siervos: Dios no trata a su pueblo como a sirvientes, que reciben lo que sobra, sino igual que a los miembros de la familia, que reciben lo mejor de todo. Jesús dijo a sus discípulos que no se consideraran a sí mismos como sus siervos, sino como sus amigos.
En el Reino de Dios no recibimos lo que sobra; no recibimos regalos del Día de las Cajas. Recibimos el regalo original y mejor de la Navidad: recibimos el don de la salvación, dado por el Hijo único de Dios, que vino a la Tierra únicamente por nosotros.
¿Y AHORA?
Mientras disfrutas de tus regalos de Navidad, ¿diste las
gracias a Dios por los dones que te dio?
Tómate tu tiempo para pronunciar ese
GRACIAS tan importante.
SPLASH
En Irlanda, el Día de las Cajas es, a veces, conocido como el Día del Reyezuelo. Tradicionalmente, los niños iban a matar a un reyezuelo y llevaban su cuerpo de puerta en puerta, pidiendo dinero, que supuestamente utilizarían para el funeral del pájaro.