“Vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana del día sexto“ (Génesis 1:31).
Las hojas son la fábrica de alimentos de la naturaleza. Las sedientas plantas toman agua del suelo a través de sus raíces y absorben el dióxido de carbono del aire.
Utilizando la luz solar, convierten a su vez el agua y el dióxido de carbono en glucosa, y es así como hacen su propia comida este proceso de conversión de H2O y dióxido de carbono en azúcar se llama fotosíntesis. Un pigmento especial, llamado clorofila, ayuda mediante la captura de la luz solar y la transformación de la luz que no se utiliza en energía química utilizable. La clorofila también hace algo más. Altas cantidades de clorofila dan a las plantas su color verde.
Al marchitarse las hojas de verano, y cuando el otoño se cuela por la esquina, la luz del sol se vuelve intensa, y los arboles saben que es hora de prepararse para el invierno. La clorofila se va perdiendo, y la fotosíntesis disminuye y se va frenando… lentamente… hasta desaparecer.
Cuando se ha ido la clorofila, el verde se desvanece, dando lugar a otros pigmentos en las hojas, como los carotenoides. Estos son los que muestran el amarillo, el naranja y el marrón. La glucosa, un producto sobrante de la fotosíntesis, queda atrapada dentro de cada hoja. Así, la luz del sol brillante y las frescas noches de otoño se combinan con ellas para producir el pigmento que da el color rojo y purpura en otras hojas.
Durante el otoño observa el exterior, y veras nogales dorados de bronce, cerezos silvestres rojo purpura, arces rojo escarlata y robles rojizos. Mucho más aún, tú verás la evidencia de la inteligencia y el carácter artístico de nuestro amoroso Creador.
¿Y AHORA?: ¿Qué nos dicen acerca de Dios los colores y los cambios en las estaciones y la naturaleza? ¿Podemos saber cómo ser salvados a través de la naturaleza que nos rodea?
SPLASH: El color verde en lo plátanos que no han madurado proviene de la clorofila. A medida que los plátanos maduran, la clorofila disminuye y desaparece, revelando el color amarillo que ha estado allí todo el tiempo.