RECUERDA
Jesús nos llama a proclamar y a vivir todo el «evangelio eterno» (Apoc. 14:6). Lucas 4:16 al 21 ilustra todo el evangelio como algo más que predicar la verdad de la salvación por fe. También incluye expresiones tangibles de amor y compasión por las personas pobres, hambrientas, enfermas, quebrantadas, oprimidas, rechazadas y encarceladas. «Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él? Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad» (1 Juan 3:17, 18).
Joven CONSIDERA Pasa algunos minutos con Dios cada día, ya sea en tu habitación, al aire » libre, en la escuela o en el trabajo. Lograrás un amor abundante por él, y un mayor deseo de orar y cuidar a quienes te rodean. Encuentra un compañero de oración. La oración intercesora es poderosa. » Elige un amigo, familiar, compañero o colega y comprométete a orar juntos en persona, por teléfono, por mensaje de texto o incluso por Skype. Establece un momento en la semana para orar, y honra tu compromiso. Da en el momento. Cuando te encuentres con un necesitado tienes una » oportunidad de darle algo. Puede que vaciles en dar del dinero que obtuviste con tanto esfuerzo a alguien que pueda seguir con una adicción gracias a eso, pero ¿quién eres para juzgar? Dona ropa o elementos para el hogar. Goodwill y el Ejército de Salvación » son dos organizaciones sin fines de lucro que han generado millones de dólares para los pobres vendiendo la ropa y elementos de hogar que en los Estados Unidos no quieren. En lugar de tomarte el trabajo de hacer una venta de garaje, ¿por qué no donar lo que no quieres y generar dinero para una causa digna? Renuncia a un gusto por un mes (por ejemplo, la televisión, el chocolate, » o las compras) y dona el dinero que ahorraste a una organización local o global como ADRA.
Lección de Escuela Sabática Adventista para Jóvenes 3er. Trimestre 2016 “El Papel de la Iglesia en la Comunidad.” Lecc. 10 – Jesús Ganaba Su Confianza.