Y el que estaba sentado en trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas (Apocalipsis 21:5).
-¡Ay! -Naty se quitó el guante de jardinería, descubriendo que una espina le había pinchado el dedo pulgar.
Examinó el lugar de la punción, y se limpió la pequeña gota de sangre en sus viejos pantalones vaqueros- ¡Odio quitar las malezas! -le dijo a su papá.
El papá se sentó y se secó la frente.
-Yo también -admitió-. Pero supongo que es parte de la maldición.
-¿Qué maldición? -dijo Naty, tomando un sorbo de su botella de agua.
-Bueno, cuando el pecado entró en el mundo, el suelo fue maldecido. Recuerda que Dios dijo: “Maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo” (Gén. 3:17,18).
Naty sacudió la cabeza y se echó a reír.
-¿Cómo recuerdas todo eso? preguntó.
-Supongo que pienso en ello casi cada vez que quito estas malezas -dijo el papá, echándose a reír-, Pero la Biblia dice que la creación será rescatada, al igual que nosotros. Creo que es interesante que cuando Jesús murió en la cruz por nosotros para acabar con la maldición del pecado, él llevaba una corona de espinas sobre su cabeza.
Naty miró su pulgar pinchado por la espina.
-Guau, nunca antes pensé en eso.
-Bueno, supongo que si tu pulgar va a estar bien, será mejor que regresemos a nuestro “doloroso y arduo trabajo” -le dijo su papá.
Naty sonrió y miró las malezas.
-Tal vez, en el cielo, donde no hay maldición, realmente disfrutaré de la jardinería.
¿Y AHORA? ¿Qué otras cosas serán diferentes en la Tierra Nueva,
donde nada estará contaminado por el pecado? ¿Qué bendiciones
provee Dios mientras vivimos aquí?
SPLASH: Podar las malezas puede ayudarte a quemar hasta 360 calorías por hora, dependiendo de cuánto peses.