Clamé a mi Dios. Él oyó mi voz desde su templo.(Salmo 18:6).
Katy estrujó su camisa empapada y se estremeció.
-Esto es terrible -protestó.
Ella nunca habia sido atrapada en tremendo aguacero, bajo un cielo tan negro.
Su hermana se agachó en la parte delantera del barco.
—¿Estás bien? —gritó Katy. Su hermana asintió, pero lucía igual de miserable.
Su padre los llevó hacia la orilla fangosa, escondida en algún lugar más allá de la densa cortina de lluvia. Pufpufpuf el pequeño mini motor apenas los propulsaba hacia adelante.
Feroces ráfagas repentinas de viento les daban martillazos de lluvia punzante de costado, chocando con las olas grises del mar agitado. Un rayo iluminó
estroboscópicamente alrededor de ellos. Ellos eran los objetos más altos» sobre
la superficie del lago, un lugar peligroso durante una tormenta eléctrica, En una zona en que la gente a menudo fallecía a causa de la caída de rayos, el peligro era muy real.
Katy no recordaba haber sentido tanto miedo en su vida. Demasiado asustada como para llorar, se agachó en el casco: Querido Dios, por favor, protégenos,oro.
Largos minutos después, ella se asomó por la borda de la embarcación. A través de la lluvia, casi se podía ver la orilla. Poco tiempo después, el barco hizo un sonido Fuerte al dar contra la orilla.
-Vamos -gritó el papá, empapado y Frío, pero riendo con alivio,
Los tres navegantes salieron rápidamente de su embarcación y la cargaron en su remolque.
Gracias, Dios, por tu misericordia y protección, susurro Katy mientras la familia se dirigía hacia su casa.
¿Y ahora? ¿Qué experiencias has tenido tu o los miembros de tu familia que les haya demostrado que Dios escucha nuestros clamores por ayuda?
SPLASH: Los rayos son impredecible; Pueden golpear hasta unos 20 km de distancia de cualquier precipitación, y en cielo despejado. Las victimas de un rayo no llevan carga eléctrica, y deben ser atendidos inmediatamente.