El hombre que tiene amigos, ha de mostrarse amigo. (Prov. 18:24)
En los arreglos hechos para la educación del pueblo escogido se pone de manifiesto que la vida que tiene por centro a Dios, es una vida completa. El provee el medio de satisfacer toda necesidad que ha implantado, y trata de desarrollar toda facultad impartida. Como Autor de toda belleza, y amante de lo hermoso, Dios proveyó el medio de satisfacer en sus hijos el amor a lo bello. También hizo provisión para sus necesidades sociales, para las relaciones bondadosas y útiles que tanto hacen para cultivar la simpatía, animar y endulzar la vida. (Ed:38-39)
La sociabilidad cristiana se cultiva demasiado poco entre el pueblo de Dios…Por medio del trato social se contraen relaciones v se forman amistades que unen los corazones y crean un ambiente de amor que agrada al cielo. (6T:172) Cada uno hallará compañeros o los hará. Y la proporción de la fuerza de la amistad determinará la influencia que los amigos ejercerán unos sobre otros para bien o para mal. Todos tendrán asociados, e influirán en ellos o recibirán su influencia. Es misterioso el vínculo que une los corazones humanos, de manera que los sentimientos, los gustos y los principios de dos personas quedan íntimamente fusionados. El uno recibe el espíritu del otro y copia sus modales y actos. Como la cera conserva la figura del sello, así la mente retiene la impresión producida por el trato y la asociación con otros. La influencia puede ser inconsciente, mas no por eso menos poderosa…Si eligen compañeros que temen al Señor, su influencia los conducirá a la verdad, al deber y a la santidad. Una vida verdaderamente cristiana es un poder para el bien. (3TS:392) El calor de la verdadera amistad…es sabor anticipado de los goces del cielo. (MC:338)