La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo (Juan 14:27).
Había una fila de maletas en el pasillo de la casa de Marta. En una habitación contigua, su mamá estaba supervisando a las personas que realizaban la mudanza.
-¿Has terminado de empacar? -le preguntó su madre.
Marta se sentó en el suelo de su dormitorio y se puso a pellizcar la alfombra peluda de color rosa. No quiero mudarme, pensó. Odio mudarme. Su gato, Cali, estaba sentado en un lugar donde daba el sol, observándola.
-Este verano de seguro será horrible -le dijo Marta a Cali.
-Considera esto como una aventura -le había dicho su mamá-; vas a hacer amigos también en Brightsville.
Marta acarició la cabeza de Cali.
-Tú tampoco deseas mudarte, ¿verdad? -susurró.
Marta pensó en Maty, uno de sus amigos más cercanos.
-Dios estará contigo dondequiera que vayas -le había recordado él justo el día anterior-. Dios te ama, ¿no? Así que, solo quiere lo mejor para ti.
Pero ya sintiendo que extrañaba a sus amigos, Marta tenía sus dudas al respecto. Se levantó y comenzó a mover sus libros desde la estantería a una caja abierta en el suelo. Cuando tomó su Biblia de su escritorio, notó una hoja de papel que sobresalía de sus páginas.
Mamá, pensó Marta, al reconocer la letra. Ella sonrió, mientras leía: “‘El amor perfecto echa fuera el temor’ (1 Juan 4:18). Te quiero, dulce; ¡y Jesús también!”
Señor, quiero entregarte esta mudanza, oró Marta. Tengo miedo de lo desconocido que vendrá, pero yo sé que tú estás ahí para mí.
Aún no estaba tranquila, pero sabía que podía confiar en las promesas de Dios; su futuro estaba en sus manos.
¿Y AHORA? ¿Alguna vez has tenido que enfrentarte a algo nuevo que te atemorizó? ¿Qué hiciste con ese miedo? ¿Qué dice Dios cuando nos sentimos abrumados por el miedo?
SPLASH:Según la Oficina del Censo de los Estados Unidos, más de 47 millones de personas, el 16% de la población, se mudan cada año. En promedio, los individuos dan 11,7 veces en su vida.