Lee Mateo 26:17 al 19. ¿Por qué es tan significativo que ese fuera el tiempo de la Pascua? Ver también Éxo. 12:1-17; 1 Cor. 5:7.
La historia del Éxodo es, por supuesto, una historia de redención, de liberación, una obra que Dios hizo por aquellos que no podrían hacerla por sí mismos.
¡Qué símbolo apropiado de lo que Jesús pronto haría por todos nosotros!
Lee Mateo 26:26 al 29. ¿Qué les quiere decir Jesús a sus discípulos? ¿Qué significan sus palabras para nosotros hoy?
Jesús les estaba señalando un significado más profundo de la Pascua. La liberación de Egipto fue una maravillosa manifestación del señorío y el poder de Dios; pero, en el final, no era suficiente. Pues no era la redención que los hebreos, o cualquiera de nosotros, realmente necesitaban. Necesitamos la redención que es en Jesús: la vida eterna. “Así que por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna” (Heb. 9:15). Jesús les señaló el verdadero significado del vino, el verdadero significado del pan; todos ellos señalaban su muerte en la cruz.
De este modo, a diferencia de los sacrificios de animales que señalaban hacia adelante, a la muerte de Jesús, participar del servicio de Comunión señala de nuevo a ella. En cada caso, los emblemas nos señalan a Jesús en la cruz.
Y no obstante, con la Cruz no concluye la historia. Cuando Jesús les dice a los discípulos que no beberá del fruto de la vid hasta ese día “en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre” (Mat. 26:29), está señalándoles el futuro, a su segunda venida y más allá.
Piensa acerca de las palabras de Jesús de que no beberá del fruto de la vid hasta que estemos con él en el Reino de su Padre. ¿Qué indica esto sobre la clase de intimidad que él tendrá con nosotros? ¿De qué forma podemos aprender a experimentar esa intimidad con él ahora?