Les daré un nuevo corazón, y les ínfundiré un espíritu nueva; les quitare’ ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne. (Ezequiel 36:26, NVl).
Pocas personas pueden ver la película John Q. sin usar toda una caja de pañuelos de papel. En esta película, Denzel Washington interpreta a un padre amoroso que debe conseguir 250 000 dólares para pagar por el trasplante de corazón de su hijo; o esperar y verlo debilitarse y morir. John y su familia son muy pobres, y el hospital no atiende casos de caridad. En su desesperación, John toma a punta de pistola al personal del hospital como rehenes y les exige que le den un corazón a su hijo.
Pero, no hay un donante disponible. Cuando parece que finalmente su hijo va a morir, John se acuesta sobre la mesa y se dispone a acabar con su propia vida, para que los médicos puedan tomar su corazón y trasplantárselo a su hijo. En el último momento, se consigue un órgano cardíaco para salvar al niño.
Aunque esta película no sea exactamente verídica, hace que uno se pregunte si un padre realmente puede amar tanto a su hijo. La respuesta es si. A lo largo de la historia, los padres han dado la vida por sus hijos.
La historia más famosa y conocida es verídica, pero en ningún hospital hay registros que la verifiquen: si hay millones de niños y de adultos que cuentan la historia de su Salvador, que los amó lo suficiente como para renunciar a su propia vida, a fin de que ellos pudiesen vivir.
Los propios hijos de Dios decidieron seguir a Satanás, y Jesucristo tenia una opción: él podía permitir que murieran a causa de esto, o podía morir en lugar de ellos. Por su elección de morir por nosotros, podemos tener un nuevo corazón.
¿Y ahora? ¿Qué sucede cuando Dios nos da un corazón nuevo? ¿Qué simboliza nuestro nuevo corazón? ¿Por qué es importante que pidamos este regalo?
SPLASH: Cada año se realizan más de 65 mil trasplantes de órganos en el mundo, y se estima que entre 150 mil y 200 mil personas actualmente están a la espera de un trasplante. Esta cifra disminuirá en la medida en que más personas tomen la decisión de donar sus órganos.