¡Remen! ¡Pongan toda su fuerza en esto! gritó el guía. —La balsa de goma tembló cuando se detuvo a mitad del descenso por a pequeña cascada. La parte delantera había quedado apuntando hacia aba— jo; estaba inmóvil. El grupo se esforzó contra el torrente de agua, y después de una docena de remadas fuertes lograron vencer los rápidos y la balsa continuó flotando río abajo. -Muy buen trabajo de equipo. Ahora pueden descansar -gritó el guía. Con los remos sobre sus rodillas, los remeros hicieron un alto para retomar el aliento. De repente, una gran roca se asomaba sobre el río por delante de ellos. Antes de que pudieran pasarla por el costado y tomar la siguiente curva, el guía extendió la mano y la aferró. —Vamos a esperar que la próxima balsa limpie ese pozo —dijo el guía. Con el agua tan alta, el agujero es más complicado de lo habitual, y el próximo guía está solo y remando en un bote más grande agregó. Mirando hacia atrás, el grupo vio la punta de la siguiente balsa que asoma- ba por sobre el borde de la cascada, para comenzar su descenso. Sin embargo, como su guía había predicho, quedó atrapado en los poderosos rápidos. Vie— ron cómo el otro guía luchaba para mover su bote sacándolo de la corriente inversa. Su guía de repente se puso en pie. -¿Pueden sostenernos aquí? Un hombre fornido al frente de la balsa se aferró de la roca mientras el guía en- derezaba la balsa, subiéndola a la roca. Sin dudar, dio un salto hacia la balsa que se balanceaba. El guía, exhausto, entregó su remo a su rescatista, y, juntos, lograron hacer suficiente fuerza como para sacar la balsa de la corriente.
SPLASH Los pozos se forman cuando el agua cae por enci- ma de un objeto sumergido, causando que el agua que baja fluya hacia atrás. Este tipo de acción del agua se conoce como «rápidos» y puede impedir que las balsas avancen.