Y dijo el eunuco: Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Hechos 8:36.
En diciembre de 2009, la colportora Carmen Barreda conoció a Víctor cuando colportaba en Sandy Springs, un suburbio de Atlanta, Georgia. Víctor es un hombre mexicano que trabaja como pintor. Carmen le presentó la colección bíblica familiar en español, que incluye una Biblia familiar, una Biblia para niños, y los libros El conflicto de los siglos, La vida de Jesús, y Felicidad plena. La presentación impresionó a Víctor, pero no compró nada.
Dos meses después, Reyna Pérez, otra colportora, estaba trabajando en el estacionamiento de un centro de compras cuando conoció y le presentó a Victor la colección bíblica familiar en español. Él escuchó amablemente, y aunque una vez más le gustó, no compró nada.
Tres meses más tarde, el grupo de Carmen y Reyna se mudó de departamento en Sandy Springs, y providencialmente, el departamento estaba al lado del de Víctor. Cada día, Víctor observaba con curiosidad a este grupo de jóvenes bien vestidos que iban y venían. También escuchaba los himnos cristianos que cantaban en sus cultos matutinos.
Unas semanas después, Nelsin Serrano, uno de los colportores, visitó a Víctor y le presentó la misma colección de libros que Víctor ya había visto dos veces. Él sintió que Dios realmente lo estaba buscando. Después de todo, le habían presentado esas publicaciones tres veces, en tres lugares distintos, tres personas diferentes. Esta vez, Víctor no solo compró los libros sino que también hizo muchas preguntas. Nelsin habló de la Biblia con Víctor y lo invitó a ir un sábado a la iglesia.
Víctor asistió a la iglesia, y en su segunda visita comenzó estudios bíblicos después del almuerzo a la canasta. Luego de estudiar varias semanas, antes determinar las 20 lecciones bíblicas, Víctor estaba tan convencido de la verdad del mensaje adventista, que pidió ser bautizado. Casi como en la historia de Felipe y el etíope, Víctor fue bautizado.
Cuando visité a este grupo de colportores recientemente, tuve el placer de conocer a Víctor. Lo encontré sentado leyendo su Biblia. Él es un hombre feliz, entusiasta y motivado. De hecho, ¡se está preparando para ser un colportor!
Demilson Reis. Estados Unidos
Tomado de: Matinal para Colportores 2015 «Encuentros con la gracia de Dios» Compilado por Howard Faigao