En la cita de la sección Máz luzde esta semana, Elena G. de White señala un problema mayor que enfrentó Israel y enfrentamos muchos de nosotros hoy.
“Continuamente se olvidaban los israelitas de que estaban sujetos a la dirección divina. No recordaban que el Ángel del pacto era su jefe invisible ni que, velada por la columna de nube, la presencia de Cristo iba delante de ellos, como tampoco que de él recibía Moisés todas sus instrucciones”—(Patriarcas y profetas, p. 418).
Israel se olvidó quién era su líder. No era Moisés; era Dios. Pero hay otra razón por la que muchos de los israelitas intentaron derrocar a Moisés. Para hallar la razón verdadera, lee Números 14:20- 25.
Como ya te diste cuenta, Dios está bastante molesto por el hecho de que los israelitas no creyeran que les podría ayudar a vencer a las naciones fuertes que habitaban Canaán, la tierra que les había prometido.
Después de todos los milagros de Dios en su favor, así fue como los israelitas le pagaron a Dios, negándose a creer en él. Elena G. de White destaca que fue el consecuente rechazo de ellos por parte de Dios lo que los condujo a verter su ira contra Moisés (Patriarcas y profetas, p. 418).
¿Alguna vez has criticado a las personas que traen un mensaje difícil de Dios, un mensaje que a ti no te gusta?
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Lección de Escuela Sabática Adventista para Jóvenes 2do Trimestre 2015 Lecc. 12 Los “Quiero y no puedo”