Experimenta: Sentada en la banca de un parque observé diferentes pajaritos caminar sobre el césped. Nunca había observado detenidamente cómo caminan las aves. ¿Has visto cómo mueven la cabeza hacia delante y hacia atrás al caminar? ¿Por qué?
Las aves tienen que echar hacia delante su cabeza para mantener el equilibrio al dar un paso y luego echan su cabeza para atrás, listas a dar el siguiente movimiento. Al mover la cabeza hacia el frente ven más claro que cuando la regresan hacia atrás. Así continúan su camino con equilibrio y claridad.
Tú no eres un ave pero también debes aprender a andar de tal modo que veas con claridad los planes que Dios tiene preparados para ti, y conserves el equilibrio de tu vida a cada paso que des. No es fácil. Tendrás que practicar mucho durante años.
Si quieres llegar a ser una persona equilibrada en el futuro necesitarás aliarte con un buen «entrenador» que te enseñe cómo ver mejor y seguir de pie, sin importar lo que suceda. El mejor de todos es Jesús, el mismo que enseñó a las aves la técnica de «adelante-atrás, pero siempre mirar hacia delante».
Si se lo pides, él te ayudará. Jesús entrenará tu cerebro para levantarte en caso de que tropieces al tomar una mala decisión. Te recordará, en el entrenamiento, que verás borroso tu futuro si echas hacia atrás la cabeza. Así que, a cada paso que des, levanta la cabeza y mira hacia delante. Si tienes que volver la cabeza, que sea solamente para mantener el equilibrio de tu vida con Jesús. Si él es tu entrenador, avanzarás hacia la meta que te has propuesto y recibirás, de su mano, el premio que ha preparado para ti.
«Lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme para alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús» (Filipenses 3:13,14)
Tomado de: Lecturas Devocionalespara Menores 2015 “Ciencia divertidapara cada día” Por: Yaqueline Tello Ayala