Cuando recuerdo mi niñez y adolescencia en casa, los sábados vienen a mi mente como un grato recuerdo, cuando los afanes de la semana cesaban. ¡Mi padre era celoso con las horas del sábado! Desde las primeras horas del viernes nos recordaba todas las cosas que debían realizarse antes de que llegara el día del Señor. Ya listos, nos sentábamos en la sala para darle la bienvenida al santo día.

¡Qué lindos recuerdos! La recepción del sábado en familia, la participación en las actividades de la iglesia, y la despedida del día de descanso en algún lugar especial con los hermanos de la iglesia. Ahora hago lo mismo con mi esposo y mis tres niños.

¿Sabías que Dios nos dio un pedacito de cielo en la tierra? ¡Sí! Cada sábado el cielo toca la tierra. Nos llama a entrar en un descanso celestial, a experimentar un poco el sabor del cielo, a una relación con nuestro Creador que continuará por la eternidad. Recordemos que el sábado es una señal especial entre Dios y su pueblo.

Cada sábado me siento como transportada al cielo: todo cambia, la atmósfera se percibe celestial, los afanes cotidianos cesan, el pensamiento se eleva a lo sublime; como un pedacito de cielo aquí en la tierra, como si estuviéramos más cerca de nuestro Creador.

El sábado nos ayuda a recargar las energías del cuerpo para la siguiente semana. Jesús nos extiende una invitación: “Venid vosotros aparte a un lugar [tranquilo], y descansad un poco” (Mar. 6:31).

Valoremos este pedacito de cielo aquí en la tierra y aceptemos la invitación de Dios cada sábado. Vayamos a adorarlo en su santo templo, y cumplir así su mandato y su voluntad. Invitemos a otros a participar de este hermoso privilegio. Invitemos a nuestros amigos, vecinos y familiares que aún no disfrutan de esta bendición a que se unan a nosotros en adoración sabática.

Esta adoración es un anticipo del cielo aquí en la tierra. Como dice en Isaías 66:23: “De mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová”. Seamos fieles hasta su venida, para disfrutar el sábado en gloria.

Rahely Juliao de Lizardo

Tomado de: Lecturas devocionales para Damas 2015
“Jardines del Alma”
Por: Diane de Aguirre