Un inglés llamado John Hunter Lobb es el gerente de una zapatería muy especial. En su tienda se hacen zapatos para reyes, príncipes, políticos y personas interesadas en tener un par de zapatos únicos, hechos a su medida y muy costosos. Allí, un par de zapatos al gusto puede costar más de seis mil dólares, según el material y el modelo. Hacen un molde de madera lo más cercano posible a la forma de los pies del comprador y luego fabrican un par de zapatos cocidos a mano, que serán únicos, de acuerdo a las necesidades del cliente.
En el taller de zapatos del cielo Dios fabricó un modelo único de sandalias para cada israelita que salió de Egipto rumbo al desierto. Pensó en las necesidades de cada uno de ellos. Debieron ser cómodas, para caminar largas distancias al calor del desierto sin sufrir ampollas. Eran muy resistentes, porque nunca se desgastaron.
Dios siempre nos da lo que necesitamos. Cada bendición que fabrica en el cielo para ti está pensada para satisfacer cada una de tus necesidades. No solamente fabrica un plato de comida a la medida de tu hambre, o un amigo a la medida que necesitabas; también te fabrica grandes bendiciones para que las compartas.
Dios ha fabricado un par de zapatos a tu medida en la zapatería celestial. Son los únicos que puedes usar para caminar por el sendero que lleva al éxito y a la felicidad. Son zapatos que no se gastarán mientras dediques tus logros al Rey de reyes y Señor de señores. Cálzate los zapatos celestiales ahora mismo y planea con Dios tu futuro. Pídele que te diga qué debes estudiar, cuáles son tus talentos, la misión por la cual estás en esta tierra. Él te guiará.
«Durante cuarenta años yo los he guiado por el desierto, y en ese tiempo no se les ha gastado la ropa ni el callado» (Deuteronomio 29:5).
Tomado de: Lecturas devocionale para Menores 2015 “Ciencia divertida para cada día” Por: Yaqueline Tello Ayala